Se atribuye a San Francisco de Asís.

 

El haber instituido la costumbre en 1223 en vísperas de la Navidad, cuando en el bosque de Greccio montó el primer nacimiento de que se tenga noticia, con hombres y animales vivos.

Realizó así el deseo de revivir el recuerdo del Niño Jesús que nació en Belén en un establo. Al año siguiente, se repitió la celebración con éxito y desde entonces la costumbre extendió a los pueblos más cercanos. Más tarde el gran impulsor de los nacimientos fue el Rey Carlos III de Nápoles y después el Rey de España.

En México, los nacimientos hicieron su primera aparición en Acolman, en el siglo XVI, como producto de las multitudinarias representaciones  del Teatro de Evangelización y del cuadro plástico de la Navidad que representaban los misioneros españoles para llevar el mensaje cristiano a las comunidades indígena.