¡No está aquí! ¡Ha resucitado!

 

Jesús ha resucitado gloriosamente y así le ha dado un nuevo sentido a nuestras vidas.
 
Es así porque nos ha hecho partícipes de su misterio por amor y renacemos con Él a una nueva vida;
 
el efecto de la resurrección del Señor es nuestra propia glorificación.
 
Este tiempo de Pascua es un llamado a experimentar esta nueva vida.
 
La gran alegría de la resurrección, que significa el triunfo del Señor sobre la muerte y que nos trae en las manos del Resucitado la vida verdadera, vida inextinguible:
 
La resurrección de Jesús es el inicio de una nueva alegría y de una nueva esperanza.
 
Es confiar, con sano optimismo, en que la última palabra la tienen el bien, el amor y la vida.